miércoles, 21 de julio de 2010

El asombroso periplo del negocio eólico asturiano que se amontona en el suelo

por JuanVega

Los molinos eólicos se amontonan, de manera asombrosa, en la ría de Avilés

¿Tendrá algo que ver el espectacular stock de fustes de molinos que se acumula en la ría de Avilés -que algunos afirman que son para exportar, mientras otros dicen que en barco no sale ni un fuste- con el gravísimo error de cálculo que se ha cometido con la energía eólica en España? ¿Son estos, en realidad, los molinos ya autorizados en Asturias, que no se instalan, porque no tienen acceso a las primas, y por lo tanto son inviables, aunque su fabricación está subvencionada? ¿Es posible que haya un montón de dinero público enterrado en todos esos báculos paralizados? Pues sí, lo hay, lo que no está claro es si fue antes el huevo o la gallina, pero la historia la tenemos ya completa.

La Nueva España entrevistaba el pasado 20 de noviembre a Iñaki Iriarte, director general de Windar Renovables, la empresa que fabrica fustes de molinos entre Arcelor y sus propias naves, y los amontona en Avilés, y además los acumula de manera ostensible en la ría. Iriarte había moderado el día 19 uno de los coloquios sobre energías renovables de las “VI Jornadas Quinta la Vega” y abogaba por agilizar el desarrollo del sector eólico en Asturias, algo que no podía dejar de sorprender, dado que cualquier persona informada ya sabía, en aquel momento, que el sector está paralizado por un exceso de capacidad instalada que no tiene vuelta atrás. Es lo que hace tiempo que venimos denominando aquí la “burbuja energética”.

Le preguntan al director de Windar:

-¿Por qué el desarrollo de los parques eólicos no avanza a la velocidad deseada para cumplir el objetivo de megavatios fijado para el año 2010?

Y aquí es donde viene una respuesta que daba mucho que pensar:

-Realmente los permisos están concedidos, los megavatios están solicitados y se supone que hay autorizaciones, pero yo realmente no sé lo que falla. No sabemos si se trata de un tema administrativo, o qué. Como proveedor de componentes eólicos, no estamos en contacto directo con la Administración ni tampoco con los clientes finales. Hay un técnico que diseña todo y nos pide los componentes. Nosotros lo que conocemos es su realidad, nada más. Sabemos que hay problemas y que el número de pedidos baja, pero no sabemos si esto se debe a la administración, que parece ser que no, a la financiación o a las propias empresas.

Aquí tienen la respuesta a una pregunta que me llevo haciendo hace mucho tiempo: los engañan. No, no puede ser, es demasiado infantil. ¿Engañan a un empresario tan importante y que amontona tantos fustes de molinos, como si fuese un completo indocumentado?

Los políticos no engañan a los responsables de las empresas, subvencionan la fabricación de piezas inútiles y la instalación de empresas, que producen un stock que luego es inviable… Las razones no las conoce la razón, sino la cartera de cada uno.

En realidad, todos esos fustes que están amontonados en Avilés, son la manifestación visible de la burbuja eólica de los molinos, que como dice Uriarte, tienen los megavatios concedidos por la administración asturiana, para los parques eólicos de Asturias, pero sin embargo, lo que está autorizado en Asturias está denegado por la administración central, que no concede el derecho a cobrar las primas si se instalasen en el monte, y por eso no se instalan, a pesar de que ya se han fabricado, porque las autorizaciones regionales están concedidas, y la explicación de tan estúpido proceso es que se han pagado subvenciones para fabricar lo que no se puede instalar. Al menos subenciones indirectas a la creación de empresas para fabricar molinos que no tienen hueco posible en el mercado español.

Pero al final, el fuste que no se puede instalar está subvencionado. Y eso es importante.

Si buscan información en Castilla y León, en Galicia, en La Rioja, en el País Vasco, Cataluña, Extremadura y otras comunidades autónomas, verán que en todas ellas hay una enorme cantidad de parques eólicos aprobados por los gobiernos autonómicos que no tienen ninguna posibilidad de ser aprobados por el gobierno central para cobrar las subvenciones a la producción de energía -las primas que se cobran en el recibo-, a pesar de que es posible que hayan cobrado subvenciones autonómicas para la fabricación. Pero claro, sin las primas no paga el tiro y los promotores de los parques no los instalan.

Es posible que esta locura que vivimos aquí, se repita en otras comunidades autónomas. O no. Es posible también que sea un escándalo nuestro, personal e intransferible.

Aquí se explicaba algo, pero de manera absurda. La Nueva España:

El aparente pinchazo del «boom» eólico se ha producido de la siguiente manera, según fuentes empresariales: las dificultades de acceso a la financiación han llevado a las empresas eléctricas a ralentizar sus proyectos y a renegociar sus contratos con sus principales suministradores, aplazando y recortando pedidos; a su vez, los proveedores principales están renegociando también los contratos que habían suscrito con sus suministradores. Entre ellos, varios asturianos. Un ejemplo es el caso de Iberdrola, que renegoció el contrato que tenía con Gamesa, principal suministradora de torres eólicas. Ahora, Gamesa hará lo propio con las compañías que le suministran, como es el caso de Windar Renovables, participada por el grupo Daniel Alonso, que en Avilés fabrica tubos para los molinos.

Sencillamente: ¡están locos! Esto ya estaba clarísimo cuando en La Nueva España hacían esas especulaciones, sin ir a la cuestión esencial: los parques autorizados por las comunidades autónomas no caben ya en la planificación nacional y se quedan fuera del prerregistro de Industria, que es lo que da acceso a las primas. Sin primas no hay molinos. No son viables. Y sin embargo, los fustes siguen ahí amontonados, esperando a que todo estalle. O no. Igual esperan sencillamente a que pase el tiempo, esconden los molinos en algún sitio y ya está.

Esta noticia es del pasado día 14, y pone los pelos de punta, porque nos viene a indicar por dónde va el final de la historia, con motivo de la inauguración de las instalaciones de Dacero en el polígono de Somonte, Gijón, un lugar mucho menos visible para acumular trastos: traslado subvencionado del stock a un lugar menos visible que el entorno del Niemeyer:

…durante la inauguración de sus nuevas instalaciones en Somonte (Gijón), destacó (Areces) la apuesta del Grupo Daniel Alonso por el sector de las energías renovables y resaltó las sinergias con ArcelorMittal -su principal suministrador-, de la que también dijo supo ajustarse a la crisis y está en camino del cambio de tendencia y orientación. “Su excelente localización, a escasos 100 metros del tren de chapa gruesa de ArcelorMittal y en la proximidad del puerto del Musel, facilitará la producción de transformados y su comercialización a precios competitivos”, dijo. Areces recalcó que en las instalaciones inauguradas podrá haber en un futuro 200 empleados, de los que la mitad se espera que estén trabajando ya a corto plazo. Asimismo, agradeció que la empresa haya accedido a trasladar a otro lugar, posiblemente en marzo, la concentración de tubos en el entorno del Niemeyer.

A quien le interese el núcleo duro de esta película eólica, que tiene una sustancia muy similar a la de la Ensidesa de los tiempos de Franco, que eche un vistazo al origen de esta factoría llamada Dacero, en Somonte, construída en terrenos de Arcelor, al lado del tren de chapa gruesa. Para entendero todo, se debe reparar en el papel jugado por Guillermo Ulacia en la historia, estamos en el año 2008, cuando todo el mundo creía que los perros se ataban con longaniza:

«Daniel Alonso fue el único que levantó la mano y movió ficha cuando Ángel Préstamo, anterior director de Arcelor en Asturias, comentó a un grupo de empresarios la posibilidad que había de actuar en aquel terreno», recuerda uno de los directivos que asistió a aquel proceso. Contando con la participación directa de Guillermo Ulacia, en aquel momento responsable mundial de Planos de Arcelor, y tras la intervención de la alcaldesa de Gijón y el presidente del Principado con el propio Daniel Alonso, el grupo avilesino aceptó poner en valor una superficie propiedad de la multinacional siderúrgica en Veriña y crear una actividad complementaria para la utilización de la chapa gruesa.

Y claro:

El nuevo proyecto del Grupo Daniel Alonso nace también como heredero del trabajo realizado para Gamesa hace años, a través de sus sociedades Tadarsa (calderería) y Aplacansa (centro de servicios). La llegada de Guillermo Ulacia a la máxima responsabilidad de Gamesa en 2006 ha sido uno de los elementos claves para explicar el crecimiento experimentado por el grupo del empresario avilesino, convertido hoy en el mayor productor de torres eólicas del mundo. A finales de 2007 Gamesa comienza a seleccionar los centros de servicios del acero que suministran la chapa procesada a los distintos fabricantes de las torres eólicas. Daniel Alonso es uno de los elegidos, a través de Aplacansa, y ese fue el empujón definitivo para el proyecto de Gijón.

En resumidas cuentas, que se pensaban forrar a cuenta de Arcelor y de los fondos industriales del Principado de Asturias, haciendo montañas de molinos como justificación, sin pararse a pensar que sólo se podía construir un número limitado de estos cacharros. Pura lógica. Pero en los negocios montados con dinero público la lógica no existe. Seguimos en el 2008:

Los sectores a los que irá dirigido su trabajo son el naval, eólico, siderúrgico, petroquímico y bienes de equipo, aunque ArcelorMittal ha dado la clave esta misma semana en La Granda, en el transcurso de la jornada del ‘Día del viento’ celebrada el martes, al asegurar, a través de uno de sus técnicos, que 200.000 toneladas de su producción de chapa gruesa van a parar en la actualidad al sector eólico y 150.000 al naval, mientras que en 2012 prevé producir 800.000 toneladas, de las que 350.000 irán destinadas al negocio eólico.

Eso sí, la montaña de torres sin destino tuvo una subvención de medio millón de euros. Año 2008:

El pasado jueves el consejo de Gobierno aprobó una subvención de medio millón de euros, destinada a la nueva compañía, en el marco de las ayudas del Gobierno encaminadas a la creación de empleo ligada a proyectos de inversión de especial interés para el Principado…. El origen de la compañía y su inversión -algo más de 24 millones de euros- está en el denominado Plan Arco de Arcelor, en cuya redacción los sindicatos lograron introducir al final una claúsula que invitaba a la compañía siderúrgica a «apoyar cualquier iniciativa empresarial que pudiera presentarse en proyectos ‘aguas abajo’», o lo que es lo mismo, en proyectos que incidieran en la transformación y en el valor añadido, la asignatura pendiente en el panorama de la empresa pública asturiana.

Seguro que tuvo otras. A esto, lo llaman “valor añadido”.

Guillermo Ulacia





Fuente: http://elcomentario.tv/colaboradores/juanvega/el-asombroso-periplo-del-negocio-eolico-asturiano-que-se-amontona-en-el-suelo/06/03/2010/

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